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GRÂNDOLA LITERARIA DE JOSÉ ALFONSO ROMERO P.SEGUIN

POEMA DE ANTONIO ROMERO PEREZ MI HERAMANO DEL ALMA

POEMA DE ANTONIO ROMERO PEREZ MI HERAMANO DEL ALMA  
 

Recuerdas niña lo bien que antes
sabíamos callarnos,
volcarnos por ejemplo aquellas tardes
sobre la barandilla fresca
y mirar a la ermita, sólo eso.

Tanta fue la traición luego
de los días agotadoramente largos
que nos volvimos charlatanes, locuaces,
alegres bailarines ante el éxito de cualquier
insensata labor de vigilancia.

Signos del declive ya por entonces
te hablo de los años amarillos:
una tras de otra las nueces salían negras
los melocotones ásperos olvidaron oler a melocotón,
por esos días se jodio todo niña, eso pasó.

Se bifurcó salivosa la trayectoria
de nuestras paciencias, todo se hizo
pequeño y tropezamos en cada esquina,
denegamos cautos nuestro derecho
a no cerrar los ojos en presencia del otro.

Caímos alarmados en la cuenta
del mínimo espacio de nuestra soledad
sin rincones ni cerrojos,
corrimos a comprar candados e hicimos celosías
en los vanos y arrancamos las aldabas de por fuera.

Añoramos subterráneos sin accesos donde
calmar el latido de cada encuentro accidental
(no los había de otro modo),
celosamente extraños entre extraños
enloquecimos niña, eso pasó

minuciosos escrutadores de nuestras costuras
nos rendimos sin luchar como se suele,
llamamos melancolía a lo que era
ya entonces tristeza espesa como azogue
y gritamos ante farmacias sin receta


Nos fuimos niña, eso pasó
cada uno por su lado al mismo sitio
nítido, de recintos descuadrados,
vacío de haladas y de tardes

Recuerda aquel entonces como yo
verás que era perpetuo el silencio de los días
que éramos dioses nombrados cada víspera
que tuvimos el infinito entre las manos

Antonio Romero Pérez

 

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