Si paseando por este laberinto mal engalanado halláis palabras dignas de vuestra atención, sabed que no obedece su espíritu a la casualidad, sino a la causalidad de mutuos desconsuelos, solamente a eso.
Un fraternal abrazo.
Mi libertad no es el llanto
que se avergüenza de serlo.
Mi libertad como mi llanto
es la máxima expresión
de mí mismo.